LIBERTAD
Condenada en teoría
durante el ventenio
de la era fascista
hacía lo que podía
para existir
en la práctica de la
vida cotidiana
y lo lograba
perfectamente viviendo clandestina,
puesto que en un país
habituado a la tiranía
la restricción
provoca solidaridad entre los ciudadanos,
un arte finísima para
superarla.
Concluida la era
fascista
y proclamada a los
cuatro vientos la libertad,
exaltada como la
única regla de vida,
poco a poco la vemos
desaparecer
en la práctica de la
vida cotidiana
creando una zona
oscura
de la que cada cual
teme y desconfía,
enancada
por una insignia
luminosa:
Libertad.
El hombre vivido
largamente en la tiranía
lleva la tiranía en
la sangre
y en la médula de los
huesos,
y una vez devuelto a
un clima de libertad
la primera libertad
que se arroga
es la de quitar la
libertad a los otros.
¿Somos entonces un
cañón que dispara por la culata?
Aldo Palazzeschi es el seudónimo
empleado por el poeta, narrador y ensayista Aldo Giurlani, nacido en Florencia,
1885 y fallecido en Roma, 1974. Formó parte del grupo futurista liderado por
Filippo Marinetti. A esta época, bastante prolífica, pertenecen sus libros: Il cavalli bianchi (1905), Lanterna
(1907), Poemi (1909) L’Incendiario (1910) y su novela Il códice de Perelá (1911). Sin embargo
nunca se sintió suficientemente identificado con el grupo y al comenzar la Primera Guerra Mundial, de la
cual fue opositor, se separó de él.
El poema Libertà es una sincera
composición, que lejos de todo lirismo alambicado, nos propone una honda y
realista reflexión sobre el alcance del
valor de la libertad y las terribles marcas que la tiranía imprime sobre las
personalidades de los ciudadanos. También nos advierte sobre prácticas que, desde las penumbras, resurgen, de tanto
en tanto, para menoscabarla.
Fuente: Poesía italiana en
el tiempo, selección y traducción de Antonio Aliberti, Buenos Aires, Atuel
Poesía,1999.
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