viernes, 22 de marzo de 2013

MIS POEMAS: La casa


Mi casa está siempre en construcción
y en eso se parece a mí.
Cada día me sorprende con algo por hacer.
Inacabada es una palabra sonriente. A veces, promisoria.
En los rincones de la infancia
ya escuchaba el latido de lo que aún
quedaba por hacer. En la adolescencia,
atravesada por las mil inquietudes que esa edad depara,
dibujaba planos.
Hurgaba en los sentidos que estaban  aherrojados en los códigos familiares,
en la cartografía de concatenaciones y sombras tutelares.
Luminosa, la palabra en rebeldía, derrumbaba muros,
demolía rituales, buscaba el intersticio por donde fluir.
Y era  su forma y su sonido una filigrana, una delicada trama de abismos,
de nudos asfixiantes, de intrincados hilos…
En los planos esa textura se extendía, y pudiendo tomar distancia,
observaba el papel como    un tablero donde  tenía lugar
una suerte de partida de ajedrez.
La imaginación saltaba el vértigo de lo posible y sin que nadie lo supiera,
ni yo misma, tendía vigas y techos, basamentos y orificios para ventilación.
apilaba ladrillos y los unía con la argamasa del sueño.
La juventud se abrió como una flor,
mientras escribía en silencio y con sigilo. Y fue entonces cuando  conocí
las formas externas de una travesía que aún me mantiene en vilo.
Aviones violetas, azules o amarillos. Del color del espacio emocional donde aterrizaran.
Ríos provocadores, playas enigmáticas, planicies y escarpadas cumbres.
No era parejo el camino. Nunca lo es.
Caer de bruces, con el rostro borrado por el barro, merodear ciénagas,
caminar como una sonámbula por cornisas o bordes inesperados.
Tallar palabras requiere de algún filo.
Hoy abro la puerta de mi casa encantada y la encuentro siempre a medias.
Todo cambia a cada instante. Todo es incompletud.
Por eso brilla. Por eso encanta.
Y, en el fondo, hay música de pájaros y voces de follaje.
Y hay un cielo celeste y otro gris
para que, llevada por la inercia,  no me  instale  en efímeras felicidades,
ni me acostumbre a las  tormentas repentinas.

Rincón de la Poesía, 2013.

jueves, 7 de marzo de 2013

lunes, 4 de marzo de 2013

POESÍA ARGENTINA: dos poemas de Oliverio Girondo


Fuente: Los poetas de Florida (selección de Guillermo Ara), Bs. As., CEAL, 1968.

APARICIÓN URBANA

¿Surgió de bajo tierra?
¿Se desprendió del cielo?
Estaba entre los ruidos,
herido,
malherido,
inmóvil,
 en silencio,
 hincado ante la tarde
ante lo inevitable
las venas adheridas
al espanto,
al asfalto,
con sus crenchas caídas,
con sus ojos de santo,
todo, todo desnudo,
casi azul de tan blanco.

Hablaban de un caballo.
Yo creo que era un ángel.

Fuente: Poesía argentina del siglo XX (selección de Delfina Muschietti), Bs.As., Ed. Colihue, 1985.