MARCA EN EL ORILLO
somos
la bolsa o la vida,
dijo,
un pequeño
género humano
como flor de oscuro peso
o parva sobre un río
yunta
pasto
deleitoso al germen
de un desecho
brindis que los días
úrdanse de males
por faenar
puente y dioses
un filón / la
entraña
donde
otro sí
segado bajo su escombro
tuviera
regocijo
abriendo
paulatino trasmundo
sin hebra mansa
leche
ni
brizna da calor
a
rebaño minúsculo:
bichos de cantería
que tan de
veras
pujan
rota
puerta del paraíso
OTOÑO
Rocío de este mundo…Sí sin duda
Y entretanto…
Haiku de Issa
el término de un
árbol
descarga
la minucia:
hojas
con un espasmo
antiguo
a tan
corto día
¿no habrá de darle el
viento
igual matiz?
: se vive / se muere
y –agrega la fiera de
los sueños-
ningún lugar
ni rastro tuyo
(amenazas
:nada más que ese
rocío
croquis ligero
hilachas
desorbitadas
molduras drenando en
la pista de un circo
ocre
portón o herrumbre
que se azota
entonces
hay un vértigo
Fuente:
Barrandeguy, Adriana, En el orillo,
Buenos Aires, Ediciones Último Reino, 1993.
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