Una llama se agita. En su doble apariencia el fuego
reverdece. Testigo y protagonista. Consumado en la cordial
agitación.
Consumido por el ardor. Quema y despierta. Inflama y cede
el paso al follaje. Ramifica.
El fuego se multiplica en bosques mientras los cuerpos abras/zados
florecen. Todo se ilumina.
Sobre la hierba corretean luciérnagas.
Así es como jugamos a aparecer y desaparecer.
Así es como la vida se enciende en cualquier parte.
Fuente: Antología Zapatos Rojos, 2000.
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