Un hombre pasa con un pan al hombro.
¿Voy a escribir después sobre mi doble?
Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo.
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?
Otro ha entrado a mi pecho con un palo en la mano.
¿Hablar luego de Sócrates al médico?
Un cojo pasa dando un brazo a un niño.
¿Voy después a leer a André Breton?
Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre.
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?
Otro busca en el fango huesos, cáscaras.
¿Cómo escribir después del infinito?
Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza.
¿Innovar luego el tropo, la metáfora?
Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente.
¿Hablar después de cuarta dimensión?
Un banquero falsea su balance.
¿Con qué cara llorar en el teatro?
Un paria duerme con el pie a la espalda.
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?
Alguien va en un entierro sollozando.
¿Cómo luego ingresar a la Academia ?
Alguien limpia un fusil en su cocina.
¿Con qué valor hablar del más allá?
Alguien pasa contando con sus dedos.
¿Cómo hablar del no-yo sin dar un grito?
Fuente: Vallejo, César, Poemas humanos, Buenos Aires, Editorial Losada, 1982.
Un poema muy conmovedor y siempre actual.
ResponderEliminarVíctor