de: La muñeca del verdugo
esta avalancha
donde no puedo hablar
y abrir la ventanas
tuerce las indicaciones
de la expulsada voz
el salto del niño y del lobo
que aparecen en el vidrio
puede extinguirse
mi lengua atascada en la demolición
del antiguo silencio
a veces se ilumina
con un relámpago de imprecaciones
a la enemiga
a la guardiana del funesto susurro
que ha revisado todo mi cuerpo
buscando un borde
para arrojarme
de: Vacilación de los árboles y los muertos
ráfagas del país oscuro
ocultan tu sonrisa atrapada
en el holocausto
bajo los manteles de la noche
ya no se escucha el sonido de las palabras
el alarido que lleva mi pensamiento
se detiene bruscamente
en la mirada de mi pequeña hija
Fuente: Etchecopar, Dolores, Canción del precipicio (1989-1993), Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano S.R.L, 1994
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