jueves, 17 de marzo de 2016

FRANCISCO DE MADARIAGA: Voz en vilo

LA SELVA LIVIANA

El sonido de un tren que se ahoga en la catarata
de las hojas.
Al fondo de la selva liviana y los cocoteros se
hunde el nivel de llanto,
el peso entero de los sueños.
Peso entero del saco del perfume de la gracia.
Estoy entre la espada del paisaje y el ladrillo
caliente del olvido,
viajando con un ardor de joya y sangre.
Escuchando el aullido de mi candor: mi nueva
fiesta.

EL VERDADERO PAÍS

¿Es otra la alegría?
Por las veredas ardientes de pronto me estremezco
de mi armonía en ese instante.
¿Qué atentado lúgubre arroja al equilibrio
de  su claro destino?
¿Qué mecánica de orden inclemente y perfecto
sonido,
qué irrupción metálica de golpe nos devuelve
a la sombra de las canallas herencias del sol
negro?
Tiembla el asilo de la vida.
Virtuoso bebedor del agua de diamante, tiéndete
a bramar contra el enorme globo rojo de la idea.
Ese tambor de sangre es tu país.


Fuente: De Sola, Graciela, Proyecciones del surrealismo en la literatura argentina, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1967. Los poemas pertenecen al libro: El pequeño patíbulo-1954.


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