martes, 27 de enero de 2015

ESCRIBAS II: un poema de Arturo Carrera

ESCRIBA COMERCIANTE

Con trazos diminutos,
sobre la arcilla blanda, como palotes, cuños cúficos,
dibujabas las montañas y el pubis
de las mujeres que venían
del otro lado de las montañas;
y cereales y reses y números indicios
de un código de barras

y el rey Midas
y Giges, y
el escriba del rey
y tu abuelo
contaron el cereal,
tus tíos –tu padre en el rastrojo
y sin embargo,
otro pequeño escriba fuiste y anotaste,
desde una apariencia
más fuerte que la verdad:

“…un oro tan refinado tal vez
que no contiene plomo. Unas ocas y gansos
de vivos colores (el arco iris)
y abajo la abeja que cuida
la miel”.

Mientras ponías un dedo sobre tus labios,
dudando de no poder deletrear
lo que escribías: “el movimiento de
un libro que los niños llaman hoy: ‘El libro Mágico’
-El sueño de los estereogramas de
punto aleatorio de la imagen.
Repetidos,

“pájaros, un perro, un gato, un cisne que duerme
con la cabeza bajo el ala.
Y por fin tu nombre, el miedo, ese silencio,
la belleza y tu sexo”.

Nadie supo que en el patio
había aquilegias. Muchas ya
cargando sus semillas
en alineados y crocantes ruleros.


Fuente: Carrera Arturo, Potlatch, Buenos Aires, Editora Interzona, 2004.

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