lunes, 1 de octubre de 2012

GIUSEPPE UNGARETTI: Selección de poemas


El misterio existe y está en nosotros. No hay que olvidarlo. El misterio existe y con el misterio, bajo el mismo aspecto, la medida: no la medida del misterio, lo que es humanamente insensato, sino la medida de alguna cosa que en cierto sentido se opone al misterio, siendo al mismo tiempo para nosotros su más alta manifestación: el mundo terrestre considerado como una invención continua del hombre. [1]


[1] Fragmento del prólogo a la traducción francesa de su obra, 1922.

VELA

Toda una noche
echado junto
a un compañero
masacrado
con su boca
rechinante
vuelta al plenilunio
con la congestión
de sus manos
penetrada
en mi silencio
he escrito
cartas llenas de amor

No he estado
nunca
tan unido a la vida


PEREGRINAJE

Al acecho
en este vientre
de escombros
horas y horas
he arrastrado
mi osamenta
gastada por el fango
como una suela
o como una semilla
de espino

Ungaretti
hombre de pena
te basta una ilusión
para darte coraje

Un reflector
del otro lado
pone un mar
en la niebla


YA SIN PESO

Para un Dios que ría como un niño,
tantos gritos de pájaros,
tanta danza en las ramas,

un alma perdió ya todo su peso,
los prados tienen una ternura tal,
tal pudor en los ojos revive,

las manos como hojas
se encantan en el aire…

¿Quién teme ya, quién juzga?


POESÍA

Los días y las noches
suenan
en estos nervios míos
de arpa

vivo de esta alegría
enferma de universo
y sufro
por no saberla
encender
en mis
palabras

Fuente: Ungaretti, Giuseppe, Cien poemas escogidos, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 2009. Selección, traducción y prólogo de Rodolfo Alonso.

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