viernes, 7 de agosto de 2015

MIS POEMAS: Fotopoema

Llega la noche y
con ella el papel estrujado.
El bollo que ha  quedado sobre  la mesa y
comienza a desperezarse.
Lentamente inicia su desenvoltura y
las letras asoman entre pliegues.
La cadena se  quiebra y
oscurece, a un  mismo tiempo.
No se sabe… el fuego de los signos deslumbra y
a la vez, desampara.
Entre  dobleces, la palabra  se vuelve silencio y
el misterio tiende  su red.
Es el final del día y
una araña entreteje portales y cerrojos.
Tiempo de vigilia opaca en que el papel se  rebela y
entre una y otra rugosidad libera sombras.
Las letras se alinean y
las sílabas crujen.
Se abre, flor nocturna. Y
enardecida brama la tinta.
Pero no es ella sino… el acaso y
¿cómo?...
Lo que antes fuera un envoltorio informe y
después plegamiento.
Ahora es una línea borrosa que pende de un hilo y
entrechoca significaciones.
Juega a ahuyentar y
sin embargo convoca.
¿A quién? A la voz y
a  ese   atisbo de sinfonía que  deambula por   callejones de pesadilla.
Cuando el papel estira sus puntas y
solo  permanece  ese algo próximo al decir.
Porque todo está en ciernes y
la letra suspensa gira en sentido contrario de sí misma.
En tropel, las frases que resbalan y
ruedan por el suelo.
Casi marchitas, con una especie de fragor exánime y
entonces toda concatenación apedrea.
Y  junto a tanto guijarro llega el sueño.
Entre las sábanas, adheridas al ventarrón del olvido y
al  anzuelo de la  memoria
irán entrando las palabras, en el   inconmensurable desierto
de los resplandores.





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