jueves, 8 de marzo de 2012

MUJERES EN EL REINO


El ámbito literario parece, a pesar de la revolución feminista, un dominio de hombres. Sólo las mujeres muy talentosas y de agallas logran destacarse por sí mismas dentro de ese reino de exclusividad. Sin embargo abundan los hombres mediocres que se mueven a sus anchas en él y hasta con el tiempo logran recubrirse  con un  barniz de celebridad que los  acerca al centro de la escena. Hay muchas mujeres que entran al reino por la puerta de servicio: algunas son hábiles cortesanas, otras son las que van de relleno cuando falla alguna figura  de interés, otras forman parte de sectas de distinta laya, otras viven a la sombra de maridos,  amantes, padres o  parientes, que tienen algún tipo de sartén por el mango.  Situación lamentable que, en cierta medida, supedita su talento personal y  empalidece  el mérito propio. Sin embargo, siempre hubo y habrá mujeres que no perteneciendo a ninguno de los grupos mencionados escriben con pasión, por el placer de hacerlo. Sin más reconocimiento que la alegría inmensa de dar cuerda a sus  deseos de crear.
Simone de Beauvoir ha dicho: “No se nace mujer: se llega a serlo” (El segundo sexo). Doble trabajo tenemos las que construimos y cuidamos nuestra femineidad y paralelamente pretendemos ser obreras y activistas de un gremio en el cual no llevamos las de ganar. No creo que el talento sea una marca de género ni admito que la condición de procreadoras modifique ni a favor ni en contra nuestra posibilidad de ser creadoras. Me siento compañera y complementaria del hombre en la vida y en el arte y orgullosa, al fin, de engendrar hijos de papel.

1 comentario:

  1. Me encantó tu publicación. Me quedo con las palabras de Simone de Beauvoir, muy inspiradoras.

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