La bailarina ahora
está danzando
la danza del perder
cuanto tenía.
Deja caer todo lo que
ella había,
padres y hermanos,
huertos y campiñas,
el rumor de su río,
los caminos,
el cuento de su
hogar, su propio rostro
y su nombre, los
juegos de su infancia
como quien deja todo
lo que tuvo
caer de cuello y de
seno y de alma.
En el filo del día y
el solsticio
baila riendo su cabal
despojo.
Lo que avientan sus
brazos es el mundo
que ama y detesta,
que sonríe y mata,
la tierra puesta a
vendimia de sangre,
la noche de sus
hartos que ni duermen
y la dentera del que
no há posada.
Sin nombre, raza ni credo,
desnuda
de todo y de sí
misma, da su entrega,
hermosa y pura, de
pies voladores.
Sacudida como árbol y
en el centro
de la tornada, vuelta
testimonio.
No está danzando el vuelo
de albatroses
salpicados de sal y
juegos de olas;
tampoco el alzamiento
y la derrota
de los cañaverales
fustigados.
Tampoco el viento
agitador de velas,
Ni la sonrisa de las
altas hierbas.
El nombre no le den
de su bautismo.
Se soltó de su casta
y de su carne
sumió la canturía de
su sangre
y la balada de su adolescencia.
Sin saberlo le
echamos nuestras vidas
como una roja veste
envenenada
y baila así mordida
de serpientes
que alácrinas y
libres le repechan
y la dejan caer en estandarte
vencido o en
guirnalda hecha pedazos.
Sonámbula, mudada en
lo que odia,
sigue danzando sin
saberse ajena
sus muecas aventando
y recogiendo
jadeadora de nuestro
jadeo,
cortando el aire que
no la refresca
única y torbellino,
vil y pura.
Somos nosotros su
jadeado pecho,
su palidez exangüe,
el loco grito
tirado hacia el
poniente y el levante,
la roja calentura de
sus venas,
el olvido de Dios de
sus infancias.
Gabriela Mistral: seudónimo de
Lucila Godoy Alcayaga (Chile-Vicuña, 1889- Nueva York, 1957). En 1945 fue
galardonada con el Premio Nobel de Literatura y en 1951 obtuvo el Premio
Nacional de Literatura de Chile.
L'Etoile ou Danseuse sur scène- Edgar Degas (1834-1917). |
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