viernes, 30 de diciembre de 2011

AÑO NUEVO, VIDA NUEVA

Año nuevo, vida nueva. Así se  solía decir cuando yo era chica. Una salutación que ha perdido vigencia.  Hoy  a nadie se le ocurriría  pronunciarla por  temor de ser etiquetado  como dinosaurio.
Aunque, pensándolo bien, ¿tendría algún sentido? Con cada paso que damos, con cada segundo acechando desde el reloj, la vida es nueva y vieja al mismo tiempo. Plena de luz y de proyectos o  marchita en la reincidencia de errores, en la desmemoria o la vacuidad. Nada cambia de un día para otro, nada deja de ser difícil, complicado, áspero para pasar a ser venturoso, sencillo y fácil  a partir de una simple  mudanza del calendario.
En este fin de año tan conmovedor para mí, por razones personales, y tan crítico para el  resto del mundo vienen a mi memoria los poetas del Barroco. Ellos,  con su postura reflexiva frente a las antitesis existenciales, su conciencia de la precariedad y de la pérdida, con su lúcida  constatación del inexorable transcurso temporal fueron maestros de clarividencia. Los hombres y mujeres del Barroco, indagaron en los enigmas metafísicos y también en  los enigmas de lo físico y corrieron el velo que separa la realidad de la apariencia.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño,
que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son.
Estas palabras que Calderón pone en boca de Segismundo nos interrogan desde el pasado y abren una dolorosa  grieta en este presente donde lo efímero es dueño y señor de lo concreto y lo  abstracto, de la acción y del pensamiento, del deseo y   la práctica.
A veces nos sentimos poderosos e imbatibles. Un éxito laboral o profesional, un amor correspondido, un buen negocio, cierto ascendiente sobre el prójimo, una vida de placer  pueden ser el punto de partida de un envanecimiento que no es más que eso. Un vacío que se llena con estopa. El golpe de dados que no abolirá el azar.
Quevedo lo expresa, con  el vigor que lo caracteriza,  en un soneto:
Cualquier instante de la vida humana
es nueva ejecución, con que me advierte
cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana.
Éste es también  un fin de año difícil para el país. No nos podemos hacer los distraídos respecto de las encrucijadas que nos plantea. Momento de movilizaciones e incertezas. Y, sin embargo, el ritual nos impone que levantemos la copa en un brindis. Y no está mal que lo hagamos porque nos  queda la esperanza,  que no es una palabra vacía ni un término ocasional. El valor de esta palabra es que cada uno puede llenarla, libremente,  con  todo lo mejor que haya sabido atesorar con vistas al futuro. La esperanza nos guía e  ilumina en medio de cualquier noche.
En mi caso he vuelto mi mirada nada menos que al siglo XVII, a los grandes maestros del pensamiento para encontrar en ellos  algunas respuestas a las preguntas que el mundo actual esquiva por  múltiples razones y sinrazones. Encuentro en ellos la fe en la reflexión siempre necesaria para encarar lo  que está por venir. La   vertiginosa circunstancia  actual rehuye el dolor que significa asumir el aislamiento en una torre,  en algo parecida a la que encierra al Segismundo calderoniano. La torre del  individualismo y la claudicación.

Fuentes: Calderón de la Barca, Pedro, La vida es sueño, Zaragoza, Editorial Ebro,   
               1959.
               De Quevedo, Francisco, Sonetos líricos, Buenos Aires, Editorial Huemul, 
               1969.        

FERNANDO PESSOA: Natal

Nasce um Deus. Outros morrem. A verdade
nem veio nem se foi: o Erro mudou.
Temos agora uma outra Eternidade,
e era sempre melhor o que passou.

Cega, a Ciência a inútil gleba lavra.
Louca, a Fé vive o sonho do seu culto.
Um novo Deus é só uma palavra.
Não procures nem creias: tudo é oculto.

Fuente: Pessoa. Poesía Completa. Tomo I. Barcelona. Ed. Libros de Río Nuevo, 1983.

Navidad

Nace un Dios. Otros mueren. La verdad
no vino ni se fue: el Error cambió.
Tenemos ahora otra Eternidad
y era siempre mejor lo que pasó.

Ciega, la Ciencia, la estéril gleba labra.
Loca, la Fe vive el sueño de su culto.
Un nuevo Dios es solo una palabra.
No busques ni creas más: todo es oculto.

Traducción: Santiago Kovadloff

miércoles, 14 de diciembre de 2011

SE ACERCA FIN DE AÑO...

Se acerca fin de año, época de balances.
Hace ya once meses que el blog está en pie. He tratado de poner lo mejor de mí para que este lugar sea un espacio grato y para que a través de él se difunda  la literatura y el  arte.
Su contenido no  es tendencioso ni apunta a la confrontación denigrante. Tampoco persigue ningún interés de ganancia material o conveniencia especulativa. Simplemente  trato de devolver   en estas páginas un poco de lo bueno que la sociedad me dio: la posibilidad de leer, de  escribir, de tener conciencia crítica, de  poseer  la voluntad y el gusto por  construir, a pesar de que las circunstancias personales me impongan, como a todos, ciertos límites, y el entorno no sea muy estimulante.
Ha habido hasta ahora  numerosas entradas no solo de Argentina sino también de otros países, algunos bastante lejanos. Agradezco las visitas y, de paso, aclaro que no está prohibido hacer comentarios. Todo lo contrario. Los comentarios enriquecen el blog y le dan una conformación dialógica siempre interesente. Trato y seguiré tratando  de que  este lugar de reunión  responda  tanto en  el fondo como en la forma  al  respeto por la pluralidad.
En un mundo en crisis no es fácil abrirse camino.  Y, sin embargo, no  puede dejar de tenerse en cuenta que la crisis es por definición un momento decisivo y como tal   nos impone  un estado de alerta y  de profunda reflexión. Por otra parte,   y aunque resulte lamentable decirlo, en mi país no está instalada la cultura del diálogo y el individualismo exacerbado constituye una valla para cualquier  valoración y más aún para la puesta en práctica de actividades que propendan a ideales humanistas.   Esta falla  puede apreciarse   en los más diversos ámbitos. Incluso en el de las ideas y el trabajo intelectual.
Lejos de amilanarme ante semejantes perspectivas me he impuesto este trabajo como una forma de mejoramiento de mi propia interioridad y un modo de tender un pequeño y modesto puente para acceder a la voz y el pensamiento de los otros.
Las puertas virtuales están abiertas a todos aquellos que quieran enviar colaboraciones, siempre y cuando éstas respondan a un cierto nivel de calidad y  a una auténtica vocación creadora.
Doy las gracias a todos los amigos que me han alentado en este emprendimiento.

domingo, 4 de diciembre de 2011

CESARE PAVESE: Il mestiere di vivere

  • 1935
17 de noviembre.
 …hacer poesía es como hacer el amor: no se sabrá nunca si la propia alegría es compartida.
  • 1938
9 de septiembre.
 La guerra nos hace bárbaros porque, para combatirla, hay que endurecerse con respecto a todo sentimiento y adhesión a valores delicados, hay que vivir como si estos valores no existiesen; y, una vez terminada, se ha perdido toda elasticidad de volver a estos valores.
  • 1939
14 de diciembre.
Se necesita la riqueza de experiencias del realismo y la profundidad de sentido del simbolismo.
Todo el arte es un problema de equilibrio entre dos opuestos.
  • 1940
12 de octubre.
 El amor tiene la virtud de desnudar no a los amantes uno frente al otro, sino a cada uno de los dos frente a sí.
  • 1943
11de noviembre.
Contar las cosas increíbles como si fueran reales: sistema antiguo; contar las reales como si fuesen increíbles: moderno.
  • 1945
22 de noviembre.
No nos liberamos de una cosa evitándola, sino solamente atravesándola.
  • 1948
5 de marzo.
 En el fondo la inteligencia humanista –las Bellas Artes y Letras- no sufrieron bajo el fascismo; podían desencapricharse, aceptar cínicamente el juego. Donde el fascismo vigiló fue en el pasaje entre intellighentsia y pueblo; mantuvo al pueblo a oscuras. Ahora el problema es salir del privilegio –servil- que gozamos y no “ir hacia el pueblo” sino “ser pueblo”, vivir una cultura que tenga raíces en el pueblo y no en el cinismo de los libertos romanos.
  • 1949
23 de agosto.
 En arte no se debe partir de la complicación. A la complicación hay que llegar. No partir de la fábula de Ulises simbólica, para asombrar; sino partir del humilde hombre común y, poco a poco, darle el sentido de un Ulises.

Fuente: Pavese, Cesare, Vittorini, Elio, Diarios de vida y obra, Buenos Aires, CEDAL, 1983.